
Vivimos nuestro primer verano COVID y seguimos aprendiendo sobre la marcha cómo adaptar nuestro día a día a la que, de momento, parece una convivencia forzosa con el coronavirus.
Entre las medidas de prevención de contagios, nadie duda ya de que lavarse las manos con frecuencia, el uso de la mascarilla y la distancia social son clave. Además, diferentes estudios apuntan a que los espacios abiertos y la actividad al aire libre reducen las posibilidades de contagio, siempre que se respete la distancia social.